Hay diferencias entre las actitudes de un deportista y sus aptitudes. La actitud se refiere al querer hacer, a la voluntad del jugador de desempeñar una tarea. Las aptitudes tienen relación con las habilidades del jugador y por lo tanto están directamente relacionadas con el talento.

Actitudes de un deportista vs aptitudes de un deportista:

Como diría el entrenador de fútbol Diego Simeone, “la actitud no se negocia”. Con esta frase el entrenador argentino nos viene a decir que en el campo nos puede faltar cualquier cosa, pero no la voluntad de querer desempeñar el mejor de nuestros papeles.

Por eso, cada entrenador debería diferenciar entre los errores técnicos y los errores actitudinales durante partidos y sesiones. El primer error se produce por una carencia a nivel de habilidad o simplemente por un error momentáneo. El jugador tiene una responsabilidad limitada sobre el fallo técnico, mientras que tiene un control total sobre un fallo de actitud. Por ejemplo, en una jugada defensiva de contrataque un jugador puede fallar a la hora de cortar un pase (error técnico), pero no debería fallar a la hora de correr a máxima velocidad para hacer el repliegue (error actitudinal).

7 actitudes que no pueden faltar en un deportista:

  • Puntualidad:

No se requiere de ningún tipo de talento especial para llegar al entrenamiento y partido a la hora acordada. Este concepto engloba tanto el hecho de estar presente, pero también el de estar preparado para la tarea a la que se acude (con toda la equipación ya cambiada, por ejemplo). Y recuerda que llegar a la hora exacta es llegar tarde. Acude a tus entrenamientos con unos minutos de tiempo, te ayudará para desconectar y estar enfocado.

  • Pasión y energía:

Sólo tú puedes exigirte la cantidad de energía y motivación que le dedicas a un proyecto. Si piensas que es el entrenador quien te debe motivar siempre, estás equivocado.

  • Sé ético:

La ética es la habilidad para tener siempre presente cómo afectan nuestros pensamientos, palabras y acciones tanto a nuestra felicidad como a la de los demás. Así que cuando realices comentarios en los entrenamientos con el entrenador o con tus compañeros piensa primero si lo haces de manera emocional o racional. Actúa con tus compañeros como te gustaría que actuaran contigo. Y recuerda que el entrenador también tiene sentimientos.

  • No dejes de esforzarte:

Cuando te involucras con un grupo adquieres un doble compromiso: uno contigo mismo, y otro con el grupo. El primer pensamiento que debería venir a tu cabeza antes de empezar cada sesión es “hoy voy a darlo todo, otra vez”. Habrá días que te no te apetezca, pero intenta que sean los menos.

  • Ten siempre buena actitud:

Tú eres el responsable de tu humor, de tu estado de ánimo. Una actitud positiva que busque soluciones y rechace los problemas te ayudará y pondrá en el camino del crecimiento personal y grupal. Es la manera como afrontas las cosas la que te condiciona. Te dejamos este vídeo para que veas lo importante de una buena actitud. Además ¡es contagioso!

  • Muéstrate dispuesto a aprender:

Observa, sal de tu zona de confort, abre tus oídos y ojos. Puedes aprender tanto de lo que te muestra el entrenador como de tus compañeros. Analiza las situaciones de juego, piensa qué pudiste hacer mejor y enfócate en aquello que hiciste bien. Acepta la crítica, tu entrenador te corregirá siempre para que mejores, porque se preocupa de tu aprendizaje.

  • Sé proactivo:

Da más por el grupo, anímate a aportar tu granito de arena para que todo el mundo crezca. ¿Crees que se debería hacer una actividad grupal para mejorar la unión de los jugadores? Pues entonces proponlo y añade algunas opciones. Involúcrate en hacer tu zona de entrenamiento mejor, no te limites solo a ir a entrenar como un robot.