El burnout o el “deportista quemado”
Por Jose Antonio Ruiz Castillo
¿Conoces a alguien que haya dejado de practicar el deporte que tanto le apasionaba o el trabajo que parecía hecho a su medida?
El burnout es una respuesta extrema al estrés crónico de una tarea y que tiene repercusiones a nivel individual, pero que también afecta a la organización (equipo/club) y socialmente. En otras palabras, es “terminar quemado” por la actividad que se realiza día a día. La implicación emocional en un objetivo o proyecto durante un tiempo prolongado es un aspecto clave para el desarrollo del burnout.
Normalmente, los entrenadores y compañeros lo único que detectan es la bajada del rendimiento de la persona, que puede incluso provocar el abandono de la práctica del deporte que ama. A continuación veremos cómo esto es solo la punta del iceberg.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome del burnout en los deportistas?
- Agotamiento emocional: la persona se ve sobrepasada por el estrés de cualquier situación deportiva (no tiene por qué ser una competición exigente). El jugador comienza a tener sentimientos de fatiga, falta de energía, falta de atención, baja motivación por los objetivos marcados y descenso del interés y la confianza. Además también sucede un distanciamiento emocional y una frialdad en la evidencia de sus emociones.
- Despersonalización: también podemos reconocerlo como un distanciamiento que protege al deportista de la desilusión y el agotamiento. Se reconoce por que la persona puede mostrar conductas de aislamiento, desapego por los objetivos y ante los compañeros. Estas respuestas, dependiendo de la edad de la persona, pueden ser negativas, desafiantes o de aislamiento.
- Sentimientos negativos: los más comunes son los de baja percepción de eficacia. Hablamos de percepción porque en algunos casos la eficacia del deportista puede seguir estable a ojos de otras personas y solo es su percepción la que varía ante la exigencia de la situación. También pueden sobrevenir sentimientos de culpa o de estar fallando al objetivo del equipo, impotencia, irritabilidad y estancamiento. El rendimiento del deportista podría mantenerse estable, pero la mayoría de veces estos sentimientos negativos se reflejan en una bajada del mismo.
¿Qué variables afectan a la aparición y al desarrollo de este problema?
Cada persona es un mundo, pero generalmente y ligado a las características antes mencionadas, las variables que más vemos en deportistas afectados por el burnout son:
- La presión por satisfacer las demandas del equipo, del entrenador o del club.
- Una alta competitividad dentro del equipo.
- Un deseo personal por obtener mejores resultados deportivos.
- Una sensación de que no se tiene lo que se merece.
- La edad también es uno de los aspectos fundamentales, ya que los síntomas afectan más a deportistas jóvenes. Estos deportistas, a veces llamados jóvenes estrellas, están menos preparados cognitivamente para soportar el estrés al que se les somete para obtener el rendimiento deseado. Al estrés se suma que muchos de sus esquemas cognitivos aún están en desarrollo y no tienen estrategias eficaces para afrontar las situaciones estresantes por lo que estas acaban por superarles y muchas veces acaban abandonando.
¿Cómo ha afectado este síndrome a grandes deportistas?
Este síndrome no entiende de grandes o pequeños y es que grandes deportistas de la historia han reconocido haber sufrido de muchas de las características antes mencionadas.
Por ejemplo, el piloto de moto GP Casey Stoner anunció su retirada. El piloto declaró: “Ya no disfruto como antes, y es el momento de dejarlo.” En este caso, el piloto australiano consiguió abandonar el motociclismo antes de que estos síntomas le desencadenaran un problema psicológico mayor.
Cuando hablamos de agotamiento emocional, también Rafa Nadal lo sufrió. Según sus propias declaraciones: “Tengo casi 25 años y llevo nueve años como profesional, pero parece que llevo cien años jugando. Eso no puede ser. Tengo la sensación porque es demasiado cada año, cada semana”.
¿Qué podemos hacer para prevenirlo? En la prevención tenemos que trabajar en tres variables:
Variables personales de los deportistas
Como entrenadores debemos controlar e intentar ajustar las expectativas de nuestros jugadores. Si un jugador/a tiene expectativas demasiado altas y un entusiasmo inicial desajustado seguramente a la larga obtenga una percepción baja de su realización y su rendimiento.
Como hemos mencionado, la edad es un aspecto clave también, debemos favorecer las relaciones dentro del equipo entre los jugadores con más experiencia y los jugadores más novatos, puesto que son un apoyo ante situaciones de incertidumbre.
Variables sociales
Debemos cuidar las relaciones que se producen en el equipo, buscar que sean de calidad. Las malas relaciones dentro del equipo, además de ser incompatibles con la consecución de objetivos, pueden derivar en sentimientos negativos y abandono del equipo.
Son también importantes las relaciones familiares, como entrenadores debemos tener un contacto continuo con la familia y debemos fomentar que las relaciones con sus hijos en relación al rendimiento deportivo sean positivas. Debemos fomentar que la familia sea parte del objetivo y supongan un apoyo para el deportista.
Variables que dependen de la tarea
Son las que están más controladas por nuestras acciones como entrenador. Debemos ajustar los entrenamientos y nuestros comportamientos hacia los deportistas, someter a demasiado estrés a los jugadores para intentar alcanzar un objetivo puede conllevar efectos negativos en el rendimiento deportivo.